Aceptarnos tal y como somos es uno de los primeros pasos para emprender el camino hacia el conocimiento de nosotros mismos.
Sería pretencioso afirmar que conocemos perfectamente a otra persona, por más tiempo e instantes compartidos con ella, pues de hecho, muchas veces adolecemos incluso de ese conocimiento de nuestra propia esencia. Es lo natural.
Somos seres mutantes y como la luna, vamos cambiando de faceta y jamás seremos los mismos que nos levantamos en la mañana, cuando en la noche dejemos reposar nuestra cabeza en la almohada.
Habrá valido la pena levantarnos, si en las horas de vigilia hemos retado nuestros principios, hemos compartido nuestras luces y sombras con los demás, hemos tomado decisiones, hemos soñado, hemos sentido, hemos querido, hemos compartido y hemos avanzado de manera decidida hacia aquello que creemos nos va a llenarnos de alegría y felicidad.
No es preciso definirnos de manera radical y apostar ciegamente al afirmar que esa es la versión final de quienes somos, pues tenemos derecho pleno y absoluto de repensarnos, de transformarnos, de cambiar nuestros deseos y aspiraciones, de trasmutar las certezas en dudas y convertir mágicamente las dudas en magnificas certezas.
Es prueba de que estamos vivos, de que tocamos y nos dejamos tocar por las circunstancias de la vida, que estamos aprovechando las lecciones aprendidas y buscamos ser acaso mejores o tal vez más felices.
Es posible que aquello que nos gustaba hace unos años, ahora no nos haga vibrar del mismo modo o incluso nos moleste. Es lo natural, nos encontramos inmersos en un proceso de aprendizaje y por ello debemos cesar de definirnos, de limitarnos, de juzgarnos, de ser nuestros jueces más implacables, de encasillarnos.
Somos seres nuevos cada día y es en el encuentro con los otros, como tenemos la posibilidad de conocernos y reconocernos, de disfrutarnos y de seguir caminando con la única certeza de que todos los días, en cada hora que pasa, nos vamos metamorfoseando por el placer de existir.
Que esta sea una excelente semana para ti y que redescubras aquello que te hace vibrar y que saca a la superficie lo mejor de ti.
PAOLA ANDREA LONDOÑO MORENO
Terapeuta de Reiki y Bioreprogramación